Lo primero es que estoy pensando cambiar de trabajo, ya no iría en bici hasta San Isidro, sino al mismo centro de Lima. He calculado la distancia trazando una línea recta desde mi casa a mi posible trabajo, a unas cuadras de la Plaza de Armas, y la distancia es muy corta, 8.73 km, pero pasa por Ate, Santa Anita y el Agustino (No precisamente las zonas más bonitas de estos distritos), pasa muy cerca del cementerio El Ángel y por último pasa por Barrios Altos, esa es la "ruta corta"; la ruta larga y "segura" me toma casi 20 km, es un gran rodeo que tendría que hacer para usar parte de mi antigua ruta a San Isidro y en algún punto torcer por la Av. Arequipa, y luego agarrar Wilson y Tacna, Emancipación y Jirón de la Unión hasta llegar a la Plaza de Armas. ¿Es viable? yo creo que no, 20 km es demasiado para mí al menos por ahora. ¿Cuál sería la otra opción?
Pues me parece que llegamos a un punto en el que hablar de un transporte multi-modal es la única solución, es decir, ir en bici hasta cierto tramo y luego alternar con otro sistema de transporte, sea taxi, combi, couster, ómnibus, tren, moto-taxi, taxi-cholo, caminando, etc., en castellano: transportarme de varios modos. El hecho de que mi bici sea plegable es perfectamente adaptable a un transporte multi-modal, la puedo meter en la maletera de un taxi, como bulto en un bus, o moto-taxi en realidad cabe dentro de una de esas bolsas enormes que usan las señoras para ir al mercado. ¿Cuál es el problema? Que Lima no está preparada para eso.
Evaluemos las opciones a medida de que se me presentan en el camino. La primera sería pedalear hasta el Trébol, hasta la Vía de Evitamiento propiamente dicha; plegar mi bici y subirme a una combi. Este ejercicio no representaría mayor problema porque las combis suben a cualquiera no importa cuánto lleven encima; lo único sería ¿Dónde plegar mi bici de manera segura?, probablemente eso sea más fácil de resolver que donde desplegar mi bici de manera segura, bajaría de la combi en el puente Acho o en el puente Trujillo, ninguno de los dos sitios me parece ideal para hacerlo. Tal vez el puente Trujillo sería más adecuado, solo debería tener la paciencia suficiente para aguantar cuarenta minutos aplastada en una combi.
Si decido seguir de largo y evitar Evitamiento mi siguiente opción sería usar el Metro de Lima, que por fin se ha inaugurado y promete llevarme al centro de Lima en menos de 20 minutos desde la Estación La Cultura. ¿Cuál es el problema? bueno definitivamente no podemos opinar del Tren eléctrico hasta que se termine la etapa de pruebas y esté al 100% de su capacidad. Por ahora el exceso de público me ha hecho imposible abordarlo, tienes que esperar 20 minutos hasta que llegue un tren y va más repleto que combi, aún así la gente se desespera por subir y se arma un total alboroto. Por ahora descartado y la verdad no me preocupa, sé que cuando lleguen los nuevos vagones la frecuencia se reducirá a 6 minutos, al momento en que se empiecen a cobrar los pasajes disminuirá en algo la cantidad de usuarios, lo que de verdad me preocupa es que comienzo a percibir que en el metro de Lima no hay lugar para la bicicleta, ni siquiera la bicicleta plegable, en un reciente "manual de autoayuda para los usuarios del tren eléctrico" publicado en el diario El Comercio, se nos advierte a los noveles usuarios que debemos acostumbrarnos a viajar parados y no debemos llevar bultos, ¿Entra mi bici en la categoría bulto? No quisiera creerlo así, pero al parecer es así. En el tren eléctrico se ha pensado en los ciclistas y en proveerles de lo necesario para que dejen sus bicicletas fuera del tren.
Vista de los estacionamientos para bicicletas en la estación La cultura del
metro de Lima. La foto es de: http://limametro.blogspot.com/
Más allá del tipo de bicicleta creo que es bastante iluso pensar que alguien que se desplaza por la ciudad en bici va a dirigirse a una estación de tren, dejar su bicicleta bien candada en los “seguros” estacionamientos, abordar el tren hasta la estación más cercana a su destino y seguir su viaje a pie o en combi o en taxi hasta llegar, por ejemplo, a su trabajo, para, después de las 8 horas de trabajo mínimo, que por lo general se extienden a 9 o 10, regresar por donde vino hasta abordar de nuevo el tren y encontrar su bicicleta en perfectas condiciones. Seamos sinceros en todo el tiempo transcurrido las probabilidades de que a su bici no le hayan robado nada son bien remotas, sobre todo si los estacionamientos ni siquiera están dentro de la estación sino expresamente fuera de ella. El trámite no solo es engorroso sino inseguro e incómodo y por decirlo menos, bastante atrasado. Si observamos ejemplos de otras partes del mundo, con más experiencia en el transporte en metro encontraremos más de una opción para resolver este impase, sin salir de América Latina, como el Bici-metro de Santiago o el Metro de Monterrey en México, si queremos soñar más alto pues veamos el ejemplo de Dinamarca, con vagones especiales para ciclistas.
Muy similar sería lo que ocurriría si decido descartar también el tren eléctrico y embarcarme en el Metropolitano, donde también está prohibido subir con bultos, aunque me han informado que gracias a las gestiones de los colectivos ciclísticos se puede subir una bicicleta plegable a los buses, siempre y cuando no sea hora punta. ¿Pero quien va a trabajar fuera de hora punta? Los ciclistas no tenemos horarios preferenciales en nuestros trabajos, somos como cualquier otro ciudadano a menos que seamos trabajadores independientes. Otra alternativa serían los ciclomódulos que la Municipalidad de Lima tiene planeado construir en las estaciones del Estadio Nacional, Las Flores, Canadá, UNI y Tomás Valle, los mismos que funcionarán en el mismo horario del metropolitano. Luego de estos 5 primeros ciclomódulos se planean construir 4 más. Es una muy buena alternativa teniendo en cuenta que en estos ciclomódulos se podrá “almacenar más de 30 bicicletas a diario gratuitamente con tan solo indicar los datos de sus propietarios y contará con un personal especial que las almacenen y cuiden” al menos las bicis estarán seguras mientras trabajamos, aunque la verdad no entiendo por qué solo 9 estaciones contarán con este servicio.
No se como serán los ciclomódulos del metropolitano, pero estos
del metro de Santiago se ven bastante seguros. El vídeo es de:
Pero el problema sigue siendo el mismo, y es el mismo siempre, el problema es que cuando nuestras autoridades hablan de transporte, solo piensan en autos, no piensan en peatones ni mucho menos en bicicletas y solo piensan en discapacitados porque las leyes lo exigen pero no lo hacen de un modo global sino por el contrario de un modo muy superficial. Con estos nuevos sistemas de transporte masivo, solo se demuestra que las personas que los diseñaron, no pensaron en otra cosa que lo que estaban diseñando, no pensaron en cómo estos nuevos sistemas se integran con la ciudad ya existente y tampoco pensaron en una real integración de estos sistemas con otras formas de transporte, si queremos que el transporte en nuestra ciudades funcione tenemos que pensar en que los diversos sistemas y medios de transporte puedan integrase entre sí; y los puntos de interconexión son claves, tanto para el diseño vial como para el diseño urbano, cuanto mejor resueltos esten estos “encuentros”, darán lugar a mejores espacios urbanos y la calidad de vida de las personas será mejor.
En el caso de los ciclistas, sería muy interesante que, por ejemplo, haya ciclovías que nos conduzcan tanto a las estaciones del tren como a las del metropolitano o las principales estaciones de buses en toda la ciudad. En estos puntos podrían haber estacionamientos seguros para bicicletas, servicio de alquiler le las mismas, incluso puestos de ayuda técnica por si surgió algún problema en el camino, deberíamos tener la opción también de continuar nuestro viaje en bici luego de bajar del tren o del metropolitano, un vagón para bicis en el tren no estaría mal; tal vez ya es soñar mucho, pero si queremos para nuestra ciudad, y para nosotros, lo mejor; debemos aprender a no conformarnos con lo mínimo necesario y soñar en grande. Ahora, integrar la bici y otros medios de transporte no motorizados al tren eléctrico o el metropolitano o cualquier sistema de transporte público masivo, no solo es beneficioso para los ciclistas o para el tráfico urbano, es también beneficioso para el medio ambiente y para nuestra cultura cívica: Una ciudad segura, donde los ciclistas pueden transitar con libertad, es una ciudad donde la gente se respeta y valora mutuamente, valora su ciudad y el medio ambiente, es una ciudad con ciudadanos más conscientes, esa conciencia, no surge de la nada, esa conciencia se construye poco a poco, con nuestra propia vida.
Después de muchas gestiones de un colectivo ciclístico, el metro
de Monterrey permitió que los ciclistas pudieran abordar los vagones
Es cierto, hemos avanzado mucho, ahora al menos hay tren eléctrico y metropolitano, hay estacionamientos para bicicletas, el número de cilovías ha aumentado considerablemente en los últimos tiempos, cada vez veo más ciclistas en las calles, al menos un amigo mío va al trabajo en bicicleta y otros 2 amigos lo están pensando seriamente desde que empecé con este blog; el ciclodía es una buena opción para que la gente se dé cuenta de que es posible recorrer la ciudad en bici. Todos estos son grandes avances, por algo se empieza, pero no es suficiente, solo hemos dado el primer paso, el primero de una larga caminata.
Este es el vagón para bicicletas del metro de Copenhague - Dinamarca.
El video es de: http://hombrelobo.com/
Y para que vean que no sueño con demasiado todavía, los dejo con el arquitecto dominicano Richard Moreta, quien hace 3 años ha ideado el Bici-metro, una especie de vía de alta velocidad para ciclistas, cuesta un poquito entenderlo, pero su idea es muy interesante.
