En el tópico el doctor ya se había ido; solo había un kinesiólogo que se ofreció a hacerme masajes; Camuchita me dejó en sus manos y regresó a la oficina; el kinesiólogo me preguntó qué había pasado; y debido a que Camuchita le había insistido mucho en que me viera las rodillas antes de irse; me empezó a preguntar por mis lesiones. Muy solícito en kinesiólogo me daba tirones en formas que ya no recuerdo; aprovechando que aún estaba en caliente para que no se me engarrotaran los músculos, hasta que vio mis zapatillas, comenzó a observar mis pies y mis piernas y lo que me dijo a continuación fue para mí una revelación:
-
¡Siempre usas ese tipo de
zapatos?
-
No, la verdad están casi
nuevos.
-
¿Te has dado cuenta de que
no son los más adecuados para el problema que tienes en tus pies?
-
¿Qué? Yo no tengo ningún problema
en los pies, mi problema está en las rodillas.
-
No, tu problema está en los
pies; ¿Nunca te vio alguien eso?
-
¿Qué problema tengo en los
pies?
-
Pues mira; tienes un arco
débil; es algo parecido al pié plano; solo que en tu caso tu si has formado el
arco; aunque no ha llegado a formarse como debiera; eso se manifiesta en la
forma como pisas; probablemente apoyes los pies demasiado en la cara interna
del talón; eso no solo influye en tus pies; sino que tarde o temprano se
traslada a las rodillas; y si no se corrige se involucra la cadera e incluso
hasta la columna.
-
¿Qué?
- ¿Quiere
decir que tengo las rodillas lesionadas porque tengo los pies deformes? ¿No era
por la bicicleta? - Me aventuré a preguntar.
-
No, no tienes los pies
deformes, simplemente el arco no se ha formado completamente, es algo que se
puede manejar usando el calzado adecuado; y esos zapatos no son adecuados para
ti. La bicicleta es mucho más amable con la articulación de la rodilla que
correr, trotar, o incluso caminar, ¿Tu lesión apareció en una época en la que
usabas mucho la bicicleta?
-
La verdad es que al contrario;
dejé de usar la bicicleta y empecé a caminar mucho por el trabajo; pero los
doctores me dijeron que justamente ese cambio era lo que había posibilitado que
la lesión se haga evidente; también me dijeron que tenía muy débiles los
músculos de las rodillas y que esa era otra de las causas.
-
¿Caminabas con esos
zapatos?
-
No, la verdad es que cuando empecé a caminar
lo hacía con ballerinas.
-
¿Cuánto taco tenían tus
ballerinas?
-
Nada… eran planas, para
caminar más cómoda, caminaba mucho.
-
¿Nada de taco?
¿Completamente planas?
-
Así es.
-
Pues entonces no te
preocupes por la bicicleta, preocúpate por comprar zapatos adecuados para tus
pies y por fortalecer los músculos de las rodillas.
-
¿Pero qué zapatos son
adecuados para mis pies?
-
Los que no están a la moda.
-
¿Cómo cuáles?
-
No como esos; los zapatos
que tú necesitas siempre tienen que tener un taco de entre dos y tres
centímetros de alto; no abuses tampoco con la altura del taco; además nunca
uses plataformas duras, el golpe del pavimento en el talón se traslada por tus
huesos de forma vertical, cuanto más golpees el talón más daño te haces a las
articulaciones superiores; es por eso que el talón siempre debe estar elevado
entre dos y tres centímetros por encima del metatarso. Te recomiendo que veas a
un especialista y que revises tus zapatos cada cierto tiempo; es usual que una
persona con tus características desgaste de forma irregular los zapatos; si la
suela está irregularmente desgastada tu cuerpo no queda bien equilibrado sobre tus pies, inconscientemente
buscas hacer equilibrio y al hacerlo fuerzas tus articulaciones en tobillos y
rodillas; eso también te puede producir lesiones; y ya sabes que comprometes a
todo tu cuerpo.
-
¡Nunca me habían dicho eso!
¿Entonces si puedo usar la bicicleta?
-
¡Claro! pero tienes que tener
mucho cuidado; si estas con dolor no es recomendable; tienes que trabajar mucho
en fortalecer los músculos de las rodillas, y no solo eso; tienes que aprender
a caminar bien, sin golpearte los talones, para no lesionarte más; y cuando te
sientas bien puedes usar la bicicleta; teniendo también mucho cuidado en tu
postura: al pedalear tus rodillas nunca deben superar la altura de tus caderas;
y el manillar siempre debe ser más alto que el asiento para evitar posibles lesiones
en la lumbar.
-
¡Muchas gracias! En serio
no sabe cuánto se lo agradezco; sólo una cosa más ¿Qué puedo hacer para aliviar el dolor?
-
Si te duelen las rodillas aplícate
hielo encima.
-
Gracias - le respondí riendo - pero me refería al
dolor que me produce el golpe que me hice cuando me di la primera sentada en
las escaleras.
-
Para eso también funciona
el hielo; y cuanto antes mejor, así que andando; pero ya sabes, tienes que
caminar siendo consciente de tus pisadas.
-
¡Muchas gracias! Hasta luego.
Me fui caminando entre contenta y adolorida;
compré una bolsa de tres kilos de hielo en Vivanda y continué mi camino a casa;
no salía de mi asombro; el año pasado me habían visto más de tres médicos,
había gastado un montón de dinero en consultas, análisis y tratamientos; y
ninguno se había fijado en mis pies, a decir verdad casi ninguno de ellos me
había creído hasta la ecografía; y un kinesiólogo que no me había cobrado nada
me había abierto todo un panorama distinto con solo mirar mis pies. Además yo
nunca había estado de acuerdo con lo que los médicos decían; sobre todo porque 7
años antes de esta lesión había pasado por algo muy similar, y en esa oportunidad no practicaba el ciclismo;
pero si caminaba mucho. ¿Sería verdad todo lo que me había dicho el kinesiólogo?
Solo había una forma de comprobarlo.
Llegué a casa y antes de hacer cualquier cosa
me fui directo a buscar mis zapatos de invierno; busqué las botas que me había
comprado para caminar en el centro de Lima, esas se habían gastado muy rápido
debido a la intensidad de los recorridos
de campo; y habían sido cruciales para poder caminar pese al dolor de las
lesiones; las vi, me fijé en los talones; era cierto… ambas suelas tenían un
notorio desgaste en la cara interna del taco; la diferencia entre la cara interna y la cara extrema
llegaba a ser incluso de un centímetro en el par izquierdo. Yo había tenido
razón, no había sido la bicicleta; el kinesiólogo tenía razón, de ahora en
adelante tenía que vigilar cada paso que daba…
Mis viejas botas gastadas
Fuente: Yo