domingo, 29 de abril de 2012

De perros y locos; de estrellas y noches

Una de las cosas que más me gusta de transportarme en bici es que me relaciono de manera mucho más cercana con la realidad, con la vida, con el mundo, en fin, con mi ciudad. Siento que soy una parte mucho más participativa de la sociedad y que Lima, no es solo la ex-ciudad jardín y en muchos lugares todavía hay algo de esa belleza de antaño.


Si alguno de ustedes maneja bici a menudo sabrá que no miento cuando digo que uno se da cuenta de que las aves de todos los tamaños y colores son bien aguerridas, les gusta jugar con el peligro y lucirse con sus más alucinantes piruetas justo delante tuyo vuelan cruzándose entre si a solo centímetros de una bici en movimiento; estos animalitos siempre logran arrancarme una sonrisa o me hacen desviar mi atención para concentrarme en las bandadas que revolotean bajo la ancha copa de un árbol, esta escena suele repetirse al rededor del medio día sobre todo en cercanías a algún parque. Las que si no tienen horarios para cruzase en mi camino son las indecisas palomas, parece que tuvieran tanto apuro por comer, tanta ansiedad, tanta presión, tanto stress; que cuando paso cerca del alguna se aleja solamente algunos centímetros sin dejar de comer y mirándome de reojo nerviosamente, hasta que deciden que ya es suficiente y alzan vuelo para huir, pero inexplicablemente deciden que para huir tienen que pasar por delante de la bicicleta (cuando tienen un millón de diferentes opciones), o incluso, creo que tienen problemas con la vista o para calcular la velocidad de un ente en movimiento (Eso explicaría el gran número de palomas atropelladas en nuestras pistas), porque una vez casi me choco con una paloma que se me cruzó de improviso; volaba tan bajo que cualquiera podía haberla atrapado; felizmente me agaché a tiempo y ambas pudimos seguir nuestro camino sin mayores percances.


Los mosquitos y demás criaturas voladoras se hacen sentir, sobre todo si uno se te mete en pleno ojo mientras cruzas una transitada avenida y te tienes que aguantar hasta que llegues a tu destino y lo encuentres allí, en tu ojo, muerto por tanto parpadeo, lagrimeo, etc. Una vez incluso un torito se estrelló en mi mejilla izquierda mientras esperaba para cruzar, hasta me dolió un poquito, me imagino que a él le dolió más.


A veces al pasar bajo un árbol me he llevado algún recuerdo involuntario, gusanos, hojas y hasta ramas enredadas en mi casco, a veces hasta me quedan los brazos negros al rozar las ramas colgantes de algún árbol agobiado por las partículas en suspensión y la contaminación ambiental. Muchas veces surgen mariposas de entre las ramas y de nuevo logran arrancarme una sonrisa.


Los que no me hacen sonreír son los perros, ¿Alguien sabe de donde salen? la primera vez que me atacó uno yo todavía estaba con la vieja bicicleta, manejaba muy tranquila y el perro se disponía a cruzar la pista, bajé la velocidad y él me miraba atónito, se detuvo junto a su dueño y renunció a cruzar. Decidí entonces seguir de largo pero justo cuando estaba yo delante de él, este se abalanzó sobre mi pierna derecha ladrando tanto que de pronto me oí gritando más de una lisura ¿y el dueño? pues a estas alturas no se si estaba paralizado de la impresión o paralizado para no reírse a carcajadas porque nunca intervino ni para llamar al can. En unos segundos que me parecieron eternos vi al perro correr insistente tratando de alcanzar mi tobillo, no se como pude mantener el equilibrio, y no se como pude recuperar la cordura; recordé lo que siempre me dijo mi mamá cuando era niña: "los perros huelen el miedo" , así que traté de tranquilizarme, se me ocurrió incluso patearle el hocico, pero elimine inmediatamente la idea y decidí simplemente manejar lo más tranquila que me fuera posible. No se como lo conseguí, y no se como el perro se cansó de seguirme y regresó como si nada junto a su dueño; yo me fui pensando: ¡que pesado! espera que este cerca para recién ladrar, parece que lo hiciera por molestar.


Creí que con esta experiencia estaría reparada para futuros encuentros caninos, pues, no sé que les atrae a los perros tanto de las ruedas, es tan común verlos perseguir motos y carros ¿Será el instinto de la caza?, no lo sé, solo sé que una vez que te pasó, estás segura que te volverá a pasar, y así fue, pasaba por un parque y de la nada salió un perro más grande que la primera vez, y mi bicicleta era más chica esta vez, a pesar de la experiencia anterior tampoco me fue tan fácil mantener la calma, el equilibrio y la concentración, pues justo en ese momento aparecieron 3 carros circulando en diferentes sentidos. A pesar de todo pude resistir hasta que el perro se cansara de seguirme. El factor en común, que me parece oportuno recalcar, es que el dueño brillaba por su ausencia.


Uno suele creer que estos encuentros inesperados se producirán solo con perros o con algún animal inesperado ¿Pero acaso los encuentros con otras personas no suelen asustarnos también? Yo siempre pensé que si algún encuentro inesperado y peligroso podría tener con alguien, este sería con un loco. En Huancavelica, durante mi niñez, pasaba aveces que mis amigas de pronto comenzaban a gritar:


-Hay viene el locooooo ¡Corre, corre!
-¿Que pasa? - preguntaba yo contrariada.
-¡Tienes que esconderte porque sino el loco te pega!- me respondían mientras me llevaban a rastras detrás de un camión o una pared, de pronto yo veía que el loco no era otro que mi vecino, que no estaba loco sino más bien sufría de retardo mental y al que yo nunca había visto agredir a nadie.
-¡Pinga! - Nos gritaba el "loco" mientras nos descubría escondiéndonos de él.Yo me quedaba mucho tiempo pensando que podría significar esa palabra mientras mis amigas no se cansaban de decir que los locos eran malos.


En Huancavelica los que de verdad estaban locos solían andar calatos por la calle, en pleno frío se vestían con bolsas de plástico o envolturas de golosinas y por lo general eran muy renegones, se la pasaban insultando a la gente o discutiendo a gritos con "alguien". En Lima más bien, nunca me he topado con ese tipo de locos, los locos de acá son más bien silenciosos  siempre andan vestidos, solo una vez me topé con un loco bailarín, al cual nunca olvidaré por la felicidad que irradiaba. En mi ruta en dos ruedas ya tengo identificados a dos locos, ya los conozco aunque no se si ellos me conocen a mi, uno es un viejito que siempre anda dando vueltas, desubicado, desorientado gira al rededor de su eje mientras avanza agobiado por quien sabe que fantasmas, me inquieta un poco la verdad; me inquieta pensar de qué huye, qué lo persigue.


Otro es el loco de La de Lima, siempre lo veo caminando frente a dicha universidad aunque la mayoría de las veces lo veo sentado frente a "su mesa", una gran masa de concreto que parece adaptarse fácilmente a sus necesidades, ahí lo que visto comer, fumar, tomar, la verdad ya no se si es loco o vagabundo, es medio rasta y no parece huir de nada, le da igual que la gente pase a su lado mirándolo o sin mirarlo, no se hace problemas por la falta de veredas, la bulla de los carros o los montones de chiquillos que salen de la Universidad o de las academias de inglés. La verdad es que los locos con que me he topado son bastante inofensivos, todo lo contrario a algunos locos del volante, que sin necesidad de huir de alguien o andar vestidos con retazos tienen a atacar a más de un peatón o ciclista acelerando ni bien observan a los infortunados cruzar por "su camino". Y para ser sinceros alguna vez a mi me han tildado de loca ¿Cuándo? cuando intentaba girar a la derecha y tratando de ser responsable hice la seña correspondiente, que según un vídeo mexicano era elevar el brazo izquierdo sobre la cabeza, señalando hacia la derecha; estaba feliz de que por fin me saliera la bendita seña cuando escucho detrás de mi a un chofer adelantarme y gritarme: ¡LOCA!!!! yo la verdad que en ese momento no entendí que había pasado ¿Pensaba el sujeto que de verdad estaba loca y trataba de hacer malabares en la bici? tal vez, tal vez solo quería molestarme, no lo sé.


Pero la realidad no acaba ahí, la realidad abarca a muchas más personas, gitanas, vigilantes, mendigos, corredores, niños vendedores, hamburgueseras (os), anticucheras (os), ciclistas que pedalean por deporte o por salud, señoras que intentan bajar de peso en una bicicleta, viejitos que la usan para ir a comprar el pan; guachimanes arrechos ¿Qué no he visto? Felizmente hasta ahora no me encuentro con ningún choro, y ojalá que siga así porque no quiero ni imaginarme como reaccionaría.


¿Qué es lo que más disfruto? regresar a mi casa de noche, el cielo despejado me regala las pocas estrellas que se pueden ver en Lima, ya identifiqué a Venus y a Júpiter, y sin querer queriendo pude observar la conjunción de estos dos planetas, que se dio a mediados de marzo, la pude observar mucho antes de que la anunciaran en las noticias (Que para variar anuncian las cosas cuando ya es demasiado tarde). Mientras pedaleo por la Av. El Boulevard de Surco puedo escuchar el fluir del "Río Surco" y puedo sentirme en casa, en mi eterna casa (Huancavelica); puedo imaginar que estas pocas estrellas son el cielo completamente estrellado de mi tierra, y que este canal de regadío construido por la cultura Wari; que solemos creer que es un río; es verdaderamente aquel río que pasaba tan cerca de mi casa y que con su agradable sonido acompañaba mi silenciosa observación del cielo nocturno, acompañaba mis sueños elevarse en mi mente y modelar mi futuro. 


Bueno mi futuro es bastante diferente del futuro que soñé; como me imagino nos sucede a muchos; pero de noche, cuando regreso a mi casa oigo al alegre "Río Surco", veo a Venus hacia el oeste y la luna tan cerca, me siento feliz, porque creo que de alguna manera, estoy en casa.


Conjunción de Venus y Júpiter vista desde Buenos Aires
Fuente: La Vanguardia

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Hola Gik

      No te pongas triste, jajajaja los recuerdos de alguna manera forman parte de lo que somos y yo soy nostálgica, pero por favor no dejes que mi nostalgia te entristezca y alégrate de que mi nostalgia sea de algún modo feliz y que mi camino en dos ruedas contribuya a eso.

      Un abrazo

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